martes, 3 de noviembre de 2009

El encaje anatómico.


Dibujar de primera intención es muy útil para que los que te ven dibujar te admiren por lo bien que lo haces, pero es poco práctico si la intención es hacerlo realmente bien.
Para dibujar una figura humana se deben tener unas mínimas nociones de anatomía. La única diferencia entre el dibujo caricaturesco y el realista son las proporciones, pero hoy en día la barrera entre uno y otro estilo es prácticamente inexistente.
Antes de empezar a dibujar, se debe hacer un esquema para encajar la anatomía del personaje. Este esquema será el que realmente se trabajará borrando y redibujando hasta que se esté satisfecho. Veamos un ejemplo:


La idea es primero dibujar la postura, segundo darle volumen y tercero dibujar la anatomía. El cuarto paso sería vestirlo. Es importante dibujar el cuerpo primero, aunque luego no se vea por los ropajes, si se desea conseguir un acabado creíble.

A continuación, Ibáñez nos cuenta cómo trabaja con Mortadelo:


Ni siquiera Ibáñez, con sesenta años de oficio, dibuja de primera intención.

Ahora bien, ¿de dónde sacamos la postura que nos conviene para una determinada viñeta? Bien, pues básicamente de la observación. Podemos fijarnos en alguien que hace ese movimiento, o pedirle que lo haga. Pero lo más fácil es buscar esa postura en otro dibujo. Siempre habrá alguien que ya haya hecho antes esa ilustración.
Escobar, otro maestro de la historieta, nos ofrece una amplia gama de esquemas anatómicos en su curso de dibujo, de los cuales reproduzco una pequeña muestra:



Depende de cómo dibujemos el esquema, el dibujo resultante nos quedará mejor o peor. Podrá quedar rígido, desproporcionado, estático, forzado, o bien puede quedar natural, dinámico, etc.
Comprobémoslo con los siguientes ejemplos:




Puede verse claramente cómo no causa el mismo efecto el dibujo de la derecha que el de la izquierda, aún representando ambos la misma acción.

martes, 20 de octubre de 2009

El tiempo.


Ya hemos visto que hay maneras de alterar el ritmo narrativo. Si las viñetas mantienen un tamaño constante, el ritmo es constante. Pero si alteramos el tamaño de las viñetas, el ritmo también se verá alterado. Si la acción coincide con el sentido de la lectura, el ritmo se acelera. Si es contraria, el ritmo se ralentiza. También podemos ralentizar cambiando de perspectiva.
Como regla general puede decirse que las viñetas pequeñas representan un ritmo acelerado y las viñetas grandes representan un ritmo pausado.
Will Eisner es un maestro a la hora plasmar el transcurrir del tiempo en el cómic o "el arte secuencial" como él le llamaba.
Veamos tres páginas del maestro.



En la 1ª página, la gota que cae nos va marcando el tiempo. A continuación, el ritmo se acelera.
En la 2ª página, el ritmo es vivo, pero la segunda tira detiene la acción con el timbre del telefono.
En la 3ª página, cada viñeta de la última tira tiene una perspectiva forzada. Esto provoca la sensación de que el tiempo que va transcurriendo es mayor.


Terminemos con de Felipe y una página repleta de viñetas que representa un abordaje. El ritmo, constante, es el que podríamos llamar "sin prisa, pero sin pausa".

sábado, 17 de octubre de 2009

La disposición de las viñetas.


En Occidente, el sentido de lectura de un cómic es de izquierda a derecha y de arriba a abajo.
Esta observación puede parecer muy evidente, pero hay que tenerlo en cuenta siempre a la hora de planificar la composición de una página. Y en muchas ocasiones resultará un quebradero de cabeza. No son pocos los profesionales que cometen fallos al no tener en cuenta esta sencilla regla, haciendo farragosa la lectura, cuando no, desorientando al lector.
En la ilustración pueden verse varios ejemplos de páginas bien y mal hechas.


Ibáñez es un autor que suele cometer un error demasiado a menudo. A continuación se muestra un ejemplo que es un verdadero despropósito. El lector se ve obligado a volver atrás cuando ya ha terminado la página, y luego, otra vez para adelante, acabando la lectura en medio de la tira.
Hay que tener en cuenta que cuando una viñeta es recorrida por la mirada dos veces en dos direcciones opuestas, la lectura pierde fluidez.


Sin embargo, no pensemos que Ibáñez no es consciente del error. Simplemente, la falta de tiempo, de espacio o de motivación hacen que pase de todo. Al principio de su carrera, cuando estaba decidido a ser una figura mundial, demuestra que conoce perfectamente el medio. En el siguiente ejemplo comete un error similar, pero lo soluciona en parte con un recurso original: mete una viñeta en otra. La mirada tiende a volver atrás y luego hacia abajo, que es el sentido de caída del personaje. Con esto obtiene un gran dinamismo. Al final se estropea en la última viñeta. Posiblemente sea de las poquitas cosas que se le pueden reprochar a su gran obra: "Valor y al toro".

Desde luego, lo mejor para no equivocarse nunca es distribuir la página en viñetas iguales. Eso sí, la página puede quedar sosa. Hay grandes dibujantes que optan por esta distribución, Como pueden ser Jordi Bernet, Giménez o Segura. Como ejemplo, sirva una página de "Torpedo 1936". Quede claro que tampoco es fácil narrar con este modelo, ya que se transmite al lector la sensación de que la unidad de tiempo que transcurre es constante.


Ahora bien, aunque el sentido de la lectura sea el ya mencionado, hemos visto que puede ser alterado y el efecto resultante es adverso. Esto no siempre tiene que ser así. A veces, puede interesar variar la trayectoria de la lectura para conseguir dotar a la secuencia de un mayor dinamismo o, por el contrario, ralentizarla, siempre en función de la narración.
Estudiemos a Ibáñez. En la siguiente secuencia se traza el camino que siguen los ojos. Nos detenemos en los detalles de la segunda viñeta, para luego seguir la trayectoria natural. De esta manera, el tiempo que hemos empleado en los detallitos es el que les ha llevado a M y F en cruzar la pasarela y embarcar.



Cuando se trata de imprimir un ritmo acelerado, la cosa es más complicada. Hay que ser muy bueno. Y éste es el caso de Fernando de Felipe, que es un monstruo. La siguiente página no tiene desperdicio. La segunda tira -que es la quinta viñeta- tiene el movimiento contrario a la lectura, lo cual debería significar ralentizar la acción. Sin embargo, consigue el efecto contrario, ya que partimos de la mirada de Black Deker en la 4ª viñeta y la acción nos obliga a recorrer la tira en el sentido contrario, pasando directamente a la siguiente tira. Pese a que el movimiento lleva la misma dirección que en la tira de la que venimos, ahora sí ralentiza la acción. De hecho, la para totalmente cuando el personaje damnificado aterriza ante nuestros ojos.
Y todavía no hablo de cómo controla el tiempo a partir del tamaño de las viñetas, pero lo haré más adelante.


Deleitémonos con otra página de de Felipe. Es impresionante cómo consigue acelerar la acción donde le conviene a partir del movimiento de las figuras, pero también cómo se toma las pausas en el momento adecuado...


Es incomprensible cómo semejante genio ha abandonado el mundo de la historieta. Si alguien lo ve, que le dé la lata, que se la dé, pero que vuelva.